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Han transcurrido ya ciento diez años del primer viaje de estudios profesionales en 1903, del escultor y pintor Ricardo Causarás Casaña a París (Francia), viaje que pudo realizar durante unos meses de estancia junto con su amigo el pintor Antonio Fillol Granell. Ambos amigos, fueron con la intención de exponer obras de arte suyas, en el salón del "Grand Palais des Beaux Arts" de París, ya que en el año anterior 1902, el escultor y pintor Ricardo Causarás, había participado en el "Teatro Pizarro" de Valencia, en la organización del homenaje póstumo que le brindaron los republicanos españoles al escritor y naturalista francés Émile Zola.
Ricardo Causarás, organizador artístico de la decoración del interior del teatro, expuso varias esculturas en relieve de yeso, además del destacado busto de mármol blanco "Émile Zola", obteniendo de la crítica artística valenciana un gran éxito, y por los responsables del evento, entre estos, el literato y político republicano Don Vicente Blasco Ibáñez y su colaborador el periodista y político republicano Don Rodrigo Soriano, un premio en metálico, con el cual pudo costearse económicamente su primer viaje y estancia durante unos meses en París (Francia).
Escritor y naturalista francés Émile Zola
Escultor y pintor Ricardo Causarás Casaña
Literato y político republicano Vicente Blasco Ibáñez
Periodista y político republicano Rodrigo Soriano
La escultura "Émile Zola" se la llevó a París, exponiéndola también en los salones del "Grand Palais des Beaux Arts", y volviendo ha obtener un éxito relevante entre la crítica artística francesa, se animó a relacionarse con los mejores artistas, críticos, marchantes, expositores y anticuarios franceses de las bellas artes parisinas, y por esto, decidió quedarse a vivir y trabajar durante un tiempo en París, y para poder subsistir económicamente, se dedicó a trabajar para un anticuario francés, esculpiendo con los buriles metálicos y un motor que se compró, las esculturas de trípticos medievales, arquillas, pies de abanicos, sortijas y cajas porta documentos de marfil.
Éste anticuario parisino, entre otros menesteres artísticos, se dedicaba a la compra de sus obras de arte de marfil y posterior venta de estos por Europa (París, Roma, Londres, Viena y Berlín), y por Asia (la colonia portuguesa de Macao y la colonia de Gran Bretaña, Hong-Kong) en la China continental, (uno de los trípticos medievales de marfil del escultor y pintor Ricardo Causarás, el anticuario francés se lo pagó con un jarrón chino de la época del Emperador Pu-Yi).
Éste anticuario parisino, entre otros menesteres artísticos, se dedicaba a la compra de sus obras de arte de marfil y posterior venta de estos por Europa (París, Roma, Londres, Viena y Berlín), y por Asia (la colonia portuguesa de Macao y la colonia de Gran Bretaña, Hong-Kong) en la China continental, (uno de los trípticos medievales de marfil del escultor y pintor Ricardo Causarás, el anticuario francés se lo pagó con un jarrón chino de la época del Emperador Pu-Yi).
Pintor Antonio Fillol Granell,
y el escultor Ricardo Causarás Casaña,
en 1903 con motivo de su primer viaje a París (Francia).
En el Vía Crucis de Jerusalén, "Jesús portando la Cruz", del escultor y pintor Ricardo Causarás Casaña, esculpido en marfil e incrustado en un marco de madera de roble barnizado.
Viendo el escultor y pintor Ricardo Causarás Casaña, que sus esculturas de marfil eran muy bien aceptadas por parte de dicho anticuario francés, pensó y obtuvo por sus trípticos sacros de estilo medieval, los pies de abanico, las sortijas, los collares, los bastones, y las cajas porta documentos de marfil, que éste anticuario francés le pagara sus trabajos de tres formas:
- La primera, en dinero en efectivo en francos franceses.
- La segunda, en grabados originales de las láminas en papel del siglo XVIII, del arquitecto y grabador italiano de origen veneciano, Giovanni Battista Piranesi Lucchesi, (Mojano di Mestre, 4 de octubre de 1720 – Roma, 9 de noviembre de 1778).
- Y la tercera, en cerámicas chinas.
En el año 1978 se conmemoró el segundo centenario de la muerte de Giovanni Battista Piranesi Lucchesi. El genial arquitecto y grabador que nos transmitió la imagen de la Roma de su tiempo no ha encontrado, en esta ocasión, un eco muy extraordinario, todo y que una personalidad tan notable bien merecía una conmemoración apropiada. Señalaremos, como excepción, la exposición que fue presentada en las salas de la Biblioteca Nacional de Madrid.
Como es sabido, Piranesi, de origen veneciano (Mojano di Mestre, 1720), residió muchos años en Roma, donde murió (1778). Como arquitecto, solo realizó la construcción de "Santa María del Priorato" juntamente con la contigua "Piazza dei Cavalieri di Malta" (1764), ya que dedicó su vida a la realización de grabados que nunca no dejaba de firmar con el nombre de Giovanni Battista, architetto veneziano. Piranesi se formó con su tío Mateo Lucchesi y el Tiepoletto en Venecia, y, después, con el grabador Vasi, en Roma. Fue Giuseppe Wagner quién, intuyendo la importancia y la categoría de Piranesi, le animó a permanecer en Roma, y le puso a su disposición sus propias placas de grabador. Siguiendo los consejos de Wagner, en 1745 Piranesi se instaló en Roma, en un estudio en la Vía del Corso, delante de la Academia Francesa. Esto, y la plasmación academicista de los monumentos de la antigua Roma, así como la exuberancia de los elementos ornamentales y vegetales, sitúan al autor en su propio tiempo, o sea en el romántico y le permiten conocer muchos pintores y artistas franceses que también tenían, como modelo, las ruinas romanas, pero todos ellos incluían en sus obras disgresiones de su propia imaginación. En contraposición con ellos, Piranesi siempre se basó en la observación directa, y el número de grabados realizados por él personalmente se acerca a los dos mil. En los volúmenes de su obra "Vedute di Roma von G.B. Piranesi" (1913) se puede apreciar que Piranesi realizó una interpretación elocuente de las antiguas ruinas de la vieja ciudad. Ya en su juventud, el grabador veneciano había sentido una gran atracción por la Antigüedad clásica, y estudió a conciencia las ilustradas ediciones renacentistas de Vitrubio. Más tarde, a su lado, otros personajes contemporáneos, como Winckelmann, Lessing, etc., quedaron fascinados por la magnificencia del mundo clásico, por el helenismo, por Pompeia y Herculano. Esta última fue visitada por Piranesi el año 1738, con ocasión de las excavaciones que allí se realizaban. Conoció a Carlo Paderni, director del Museo, que le animó para que continuara con su labor de grabador. Todos estos personajes, con inquietudes parecidas, hicieron de la arqueología una disciplina científica, al mismo tiempo que, basándose en el conocimiento de las estructuras políticas del mundo antiguo, quisieron crear unas nuevas teorías sociales y políticas. Piranesi, por su parte, descubrió que, siendo un grabador, podría expresar sus inquietudes de arquitecto, arqueólogo y pintor. En los aspectos documentales, son especialmente los arqueólogos los que deben un tributo de gratitud al gran artista.
La serie "Vedute di Roma von G.B. Piranesi" (1913), en la que las enigmáticas ruinas cautivan a cualquier espectador por su serenidad, propia de este momento, muestra que Piranesi conocía perfectamente los métodos arquitectónicos antiguos y que, por tanto, nada se le escapaba de su atención. Creía en la belleza de las ruinas, a las cuales les concedía una grandeza y una nobleza especiales, basándose únicamente en notas esquematizadas y memorizando el resto de los detalles. La presencia humana es un elemento importante en los grabados de las "Vedute". En ellos, aparecen escenas de la vida de la calle de la Roma del siglo XVIII, en las que no falta la nota anecdótica de los personajes con enfermedades horribles.
Paralelamente a las "Vedute", Piranesi dio a conocer otra serie, la de las "Carceri d'invenzione" (1760 - 1761), sobre las cuales, a veces, se ha dicho que están en contraposición con aquellas. Es posible que esta afirmación surja de la gran diferencia que las separa. En esta segunda serie se representan lugares terribles, dantescos, de carácter onírico y tétrico, en los que no se tiene en cuenta las proporciones, y en los que nunca falta una escala, que, según creemos, simboliza la vía escapatoria de un mundo que se podría clasificar de subrealista. No nos parece que se trate de una contraposición intencional de Piranesi, sino de una recreación, de una explosión o rebelión de un espíritu, para demostrar su disconformidad con las tendencias ordenancistas de su tiempo, un poco al estilo de Goya unos decenios más tarde.
Podemos decir que la vida de Piranesi fue accidentada y con aventuras novelescas, pero nadie no podrá negar nunca su enorme capacidad de trabajo y la maestría de su producción. Su labor fue continuada por sus hijos Laura, Francesco e Pietro Piranesi, pero sin la genialidad del padre. Este ha pasado a la historia como un artista excepcional.
Desde estas lineas sumamos el homenaje de l'Institut de Prehistòria i Arqueologia de la Diputació Provincial de Barcelona ---que desde sus días fundacionales tiene en Empúries una serie esplendida de obras originales de Piranesi--- al recuerdo del hombre que supo transmitirnos de forma genial los testimonios de la Roma clásica que pervivian a su tiempo.
(Traducido del idioma catalán, del artículo publicado por Odile Ripoll, de la revista "Informació arqueològica", nº 29).
Y así fue que el escultor y pintor Ricardo Causarás Casaña, desde 1902 a 1914, se convirtió en coleccionista de parte de los grabados originales de las láminas en papel del siglo XVIII de Giovanni Battista Piranesi Lucchesi, de la serie "Antichità Romane dei Tempi della Repubblica e dei Primi Imperatori" (1748) - "Archi Trionfali ed altri monumenti"..
Fav. 21 "TEMPIO DI POLA".
(Vendido en la guerra civil española de 1936 a 1939 a un anticuario de Barcelona (España).
Fav. 22 "TEMPIO DI POLA VISTO DAL RETRO".
(Vendido en la guerra civil española de 1936 a 1939 a un anticuario de Barcelona (España).
Fav. 24 "ARCO DI POLA".
(Vendido en la guerra civil española de 1936 a 1939 a un anticuario de Barcelona (España).
Fav. 27 "TOMBA DEI CURIAZI".
En 1985 antes del fallecimiento de su hijo el escultor y pintor Luis Causarás Tarazona, las láminas de los grabados originales enunciados anteriormente del arquitecto y grabador italiano de origen veneciano Giovanni Battista Piranesi Lucchesi, fueron donados por el escultor y pintor Luis Causarás Tarazona a otros coleccionistas.
Estos coleccionistas se entrevistaron el 11 de febrero de 1987, con Pilar Vélez, Directora del "Museu del Llibre i de les Arts Gráfiques" de "l'Ajuntament de Barcelona", sito en el Poble Espanyol de Montjuïc de Barcelona, para solicitarle una breve reseña sobre la colección de grabados de Giovanni Battista Piranesi Lucchesi, que el documento traducido literalmente del idioma catalán dice:
Estos coleccionistas se entrevistaron el 11 de febrero de 1987, con Pilar Vélez, Directora del "Museu del Llibre i de les Arts Gráfiques" de "l'Ajuntament de Barcelona", sito en el Poble Espanyol de Montjuïc de Barcelona, para solicitarle una breve reseña sobre la colección de grabados de Giovanni Battista Piranesi Lucchesi, que el documento traducido literalmente del idioma catalán dice:
- L'Antichità Romane dei Tempi della Repubblica e dei Primi Imperatori (Antigüedades Romanas de la época republicana y de los primeros emperadores) es una serie de grabados de Giovanni Battista Piranesi, la primera edición las cuales datan de 1748, y está dedicada a su amigo y mecenas, G. Bottari.
- Evidentemente, Piranesi debió grabar las planchas algunos años antes, posiblemente justo después de volver de Venecia a Roma.
- Para no confundir esta serie de grabados con una posterior, del año 1756, publicada esta última en cuatro volúmenes, y intitulada "Antichità Romane" (Antigüedades Romanas), el nombre de la que nos interesa fue cambiado -hacia la mitad de los años sesenta- por el de "Alcune vedute di Archi Trionfali ed altri Monumenti innalzati dà Romani (Parte dè quali si veggono in Roma e parte per l'Italia)" (Algunas vistas de los Arcos Triunfales y de otros Monumentos construidos por los Romanos -Algunos de los cuales están en Roma y algunos otros en Italia). En el Gabinetto Nazionale delle Stampe di Roma, se conserva un ejemplar de la primera edición.
- Es bien conocido que los hijos de Piranesi, Francesco y Pietro, estampadores de la obra del padre después de su muerte -que tuvo lugar el 9 de noviembre de 1778-, tuvieron que marchar hacia París el año 1799 por motivos políticos. En la capital francesa continuaron su actividad calcográfica. Allí volvieron a estampar la obra de su padre que, de esta manera, empezó a difundirse por todo el país.
- En 1835, la casa Firmin-Didot adquirió la producción de Piranesi y la publicó. Esto significaría todavía una más grande difusión de Piranesi, no solo en París, sino por todo el estado francés.
- Finalmente el año 1839, el papa Gregorio XVI decidió reunir toda la obra calcográfica de Piranesi que, de esta forma, retornaba definitivamente a Roma.
- Según parece, la primera edición facsímil de los grabados de Piranesi es de 1913. Se trata del siguiente volumen: A. Giesecke, "Vedute di Roma von G.B. Piranesi", editado en Berlín.